jueves, 7 de agosto de 2008

Hombre grande


Hombre grande, persona triste, que marchitó su infancia, bebiendo cual alcohol toda su felicidad. En cada cigarrillo, se fumó una risa y en cada mirada arruinó una carcajada. El tiempo no cedió, pasó cada vez más ligero, agotando poco a poco la oportunidad de un nuevo encuentro. ¿Dónde ha ido? ¿Adónde está ahora? Él tampoco lo sabe. A su alrededor la oscuridad descansa, y las luces, las luces ya no brillan. Soltó su mano, se desprendió del "para siempre" y fue absrovido por el olvido. Empolbado, sin embargo, aguarda un viejo libro, sobre la falda de su madre, para volver a ser leído.


Autora: Mi querida madre Cami Gonzalez

1 comentario:

  1. Todavía no sé como mierda se usa esto, pero cuando lo descubra, te juro que te voy a denunciar esta entrada (?) Y ya te dije, que tu madre sea ESA que ni sé quién es, pero seguro que la vas a visitar y a comer galletitas hachas con amor, y a tomar té con miel cura-gargantas u.u



    (todavía no sé por qué soy así, pero cuando mi corazón sea de piedra como el de los ogros, no te hablo más. Aprovechá que todavía no inventé esa posión mágica que pueda transformarme)

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