domingo, 9 de noviembre de 2014

Docencia

''Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis''. El canturreo resonaba y se escuchaba en cada pasillo de la no tan ortodoxa facultad en la cual El Tipo tuvo la buena idea de asistir a estudiar. La voz desafinada, un poco lastimosa, retumbaba en las paredes (Repletas de pancartas -PO, MST, PJ, lo que se les ocurra) y desde ya, causaba malestar en los oidos ajenos. El Tipo no podia evitarlo, habia nacido para eso, habia nacido para entonar cada gramo de conocimiento que tenia puesto y andar desperdigandolo (Sin mucho criterio estetico o moral) por todos lados. Insisto, por todos lados. Es que de una vez por todas, habia encontrado su lugar en el mundo. El lugar donde podia moverse con libertad y sutileza. Ese lugar que no pudo (Ni podra) reemplazar el hogar, la familia, el escenario o la cama (Bueno, la cama si). Encontraba en esas cuatro paredes y en esas 50 o 60 miradas perdidas, atentas, distraidas o inconmovibles todo lo que las teclas del piano no sabian decirle. Vamos a decirlo de una buena vez, El Tipo amaba ser docente; amaba dejar algo en que pensar, algo que criticar, algo que decir o algo que olvidar. Pero parecia que su unica tarea en esta vida (Tan corta, obvia, repetitiva, cansadora pero a su vez hermosa) era plantar flores en campos inundados.

Ahora, tengan cuidado, y no vaya a ser tan gil de pensar que el tipo habia nacido asi. Que el tipo andaba en el jardin de infantes enseñandole a los nenes de que color era cada crayon. Que iba al almacenero del barrio y lo corregia cuando el tano, metro setenta, noventaytantos kilos hacia mal las cuentas. Que iba a los boliches y no bailaba, sino que bebia, porque sentia que los cuerpos en movimiento perdian el tiempo y lo mejor era esperar a que alguna morocha se le acerque a pedirle un cigarrillo y lo invite a enamorarse y pasar el resto de su vida juntos. No lector, como va a ser tan imbecil de caer en las mismas trampas que quien le escribe? (y usted disfruta o padece). Ahora, creo que es hora de confesarlo, El Tipo ademas de docente, era habil; muy habil y sabia mentir (No por nada esa nariz) Es hora que empiece a desconfiar de cada afirmacion hecha en estos parrafos (Sobre todo en este). La negacion era la camisa favorita del tipo, y la idealizacion su traje mas usado. Habia pasado toda una vida ignorando los carteles que le ponian en frente: ''Cuidado camino sinuoso'' y El Tipo aceleraba; ''Curva peligrosa'' y el tipo cerraba los ojos; ''Paso nivel a 100 mts'' y el tipo se quedaba esperando el golpazo.

Llego el momento de la confirmacion de sus sospechas. Si estaba esperando que este Tipo abandone su fachada de gigolo tercermundista y guacho piola; felicitaciones ese momento ha llegado. Esta mas que claro a esta altura, que el Tipo no nacio siendo un docente, pero si se convirtio en uno incluso antes de caminar. Era uno de sus tantos Talones de Aquiles (Que por cierto siempre fue un rustico, nunca tiro un taco). Ese afan estupido por abrir la boca en todo momento, esa compulsion terrorista de tener siempre balas en el cartucho lo habia llevado a ganarse enormes admiradores (Uno mas imbecil que el otro) y enormes enemigos (Uno mas imbecil que el otro). A pesar de todo esto, El Tipo era muy querido. Se lo queria a pesar de tanto insolente predicado suelto a la suerte. Y si usted lo piensa durante un segundo, es justo ese cariño. Imaginemos los terribles defectos que andan dando vueltas por las calles Platense. Imaginemos a los violentos, a los desubicados, a los vivillos, a los inmorales, a los sexopatas, a los desconfigurados. Todos ellos, quizas no eran tan amados como El Tipo. Pero aqui esta su secreto, aqui esta lo que lo hace un buen Tipo y no tan solo un hijo de puta. El Tipo, en su habilidad tan elegante, habia logrado conjugarlos a todos. Habia logrado no pasarse con el aceite para los fideos. El lograba implementar todo en su justa medida. Lograba que su violencia se disfrace de tranquilidad. Que su inmoralidad se camufle con el progresismo. Que su sexopatía se reduzca a un par de gritos en la cama. Ahora bien, esto se convirtio en un revolver que apunta a varios lados. Al lograr mantener todo a raya, El Tipo no sentia la necesidad de cambiar. No conseguia que sus visceras se revuelvan ante la mirada reprobatoria y eso, lo perpetuaba en su error. Lo momificaba en sus poses y lo dejaba listo para ser inmortalizado en una estatuilla sobre 6 y 66 (The number of the beast). Los Tipos no cambian porque si. Necesitan una buena razon, un buen proposito que los ennoblezca, y este Tipo no era la excepcion. Preferia ser un martir de si mismo, antes que un descuido del pasado.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Cuatro domingos

Luego de la lluvia vespertina y ya inundado de noche fria, esta administracion cree prudente ponerse a pensar: ¿Que significan cuatro domingos por vivir? La pregunta parece una estupidez y sobre todo, si no contextualizamos. No obstante, esta administracion (Presidida por Un Tipo y secundada por Otros Tipos -Aunque sean todos el mismo-) ha decidido no contextualizar esta pregunta y dejar que cada uno se haga este cuestionamiento alguno de los tantos (O pocos) domingos que nos quedan por vivir.

Volviendo al asunto. Cuatro Domingos se sientan en la mesa de la cocina y se miran entre ellos. Cada uno tiene sus rayes, sus quilombos y sus alegrias. Observamos a un domingo Rubio, Alto y de ojos verdes (Bien yanqui el asunto); este es uno de los menos angustiantes, es un tipo relajado, de playa caribeña y bebida en un coco. De malla ajustada y delgadez extrema pero a su vez de juegos de seduccion y piernas inquietas. Este domingo es (Desafortunadamente) uno de los mas lejanos. El Tipo lo observa sentarse y se lo nota con ganas de irse, de rajar rapido pa' que El Tipo no se encariñe tanto con el. La benevolencia no es inocente. Todos saben que por mas que le tiren al tipo todos los ''Disfruta! Divertite! Descansa!'' (Todos con D). La tarea que le asignaron es angustiante. Es dura, es dificil, es larga y es solitaria. El Tipo no se podia quejar (Ya sabemos porque) no podia pedir auxilio (Porque 4000 km no se hacen a pata) y no podia subirse al auto y manejar hasta que se le pase (Porque todo lo importante que fuera, El Tipo seguia sin tener un mango).

Pensemos en los otros domingos, son bastante similares entre ellos. Todos tienen una expresion de angustia y de desesperacion. La soledad siempre le quedo bien al Tipo (O por lo menos la apariencia de ella, como una camisa) pero ahora estaba empezando a inquietarlo. Y como todo inquieto, como todo asustado, El Tipo comenzaba a cometer estupideces. Llamaba a cualquier hora, reclamaba tonteras, exigia zonzeras y predicaba una moral que ni el podia creer. Es que un mes es bastante mi hermano, y mas si se lo pasa añorando todo lo que hemos dejado. El Tipo tendria que haber pensado mejor las cosas. Tendria que haber prendido fuego todo antes de extraviarse. Tendria que haberse desprendido de su propia piel y dejarla en La Plata, con frio y sin lugar para dormir. No seamos ingenuos, El Tipo jamas penso que le iba a doler tanto. Se habia comido tanto el papel de piola que no temia que esto iba a sucederle. Penso que rapidamente iba a encontrar algun que otro abrazo que lo cuide, algunas que otras piernas que acariciar algun que otro beso que regalar. Tan pelotudo llego a ser que hasta incluso penso que toda tierra es tierra al fin y que por mas que crezca diferente el yuyal sigue oliendo igual.

Ahora, con una parva de dias por vivir y muy poca fuerza de voluntad para hacerlo habia que asumir las responsabilidades. Ser un hombre carajo! No llorar como nenita carajo! y ser fuerte la puta que lo pario! (Ya a este punto se habia asqueado de las frases hechas, de los consejos de prepizza, de los consuelos de cotillon). Otra vez se le sumaba una fichita al largo historial de soberbia. Quien puede decirle como se siente? Quien puede venir a contarle lo que es la soledad? Si andan todos regocijandose en su presente tan constante, tan poco cambiante. Asqueado tambien por las filosofias de TV por cable. Esos: ''Nada mejor que romper con la rutina''. El Tipo necesitaba su 8 de la mañana, su autopista al sur, su ciudad de diagonales, su sandwich de jamon y queso y su miedo a voltear en mal momento. Es hora que entiendan, queridos y queridas, que el tipo no quiere todo el frasco, quiere probar un poquito nomas. No quiere bajarse el litro de bebida violeta, quiere ver que onda. No sigan tratando de hacerlo sentir bien y feliz porque si algo temio siempre este pobre infeliz (Desde pequeño incluso) es a quedarse solo. Que mama y papa lo dejen solo con la cama deshecha. Que ella se vaya y lo deje solo con el alma deshecha. Que sus planes sean boicoteados en un abrir y cerrar de ojos y dejarlo con la estructura deschecha. Y aun asi, a pesar de los consejos, las palabras de aliento, las sonrisitas de lastima y los intentos de condescencia, los cuatros domingos siguen ahi sentados, tomandole todo el cafe al tipo. Sera cuestion de tiempo para que se vayan llenando y se rajen como el ultimo de ellos, pero el tiempo duele, la soledad tambien. Las caricias que no estan y tan solo son soñadas se convierten en desilusiones matinales. Resta solo esperar que un sabado azul, de aeropuerto, de escala y de vuelo incomodo venga a salvaguardar tantas alegrias. Asi el tipo se volvera a sentir mejor. Con su miseria cotidiana, su gato blanco y su atadito de puchos por dia. No olvidemos por favor, ir a recibirlo con abrazos y felicitaciones. Un Tipo como El Tipo espera eso...Y mucho mas.

martes, 28 de octubre de 2014

Viva Peron!

.

Todo lo que aun no hemos descubierto esta escondido entre la almohada y la cabeza. Soñarse enorme no es un privilegio que todos se puedan dar. Soñar que dentro de una semana estara rodeado de mujeres hermosas y autos pintones; o que, al despertar, encontraremos a nuestro lado el boceto de un best seller. Soñarse grande era la actividad favorita del Tipo. El sabia muy bien que era cuestion de mover el culo y que, Luego de muchas paradas y pocas sentadas, iba a convertirse en un pibe pulenta, en un academico de Conurbano y zona sur, en un guachin con corazón de noche y abrazo de dia.

Luego de muchas paradas dio la muy puta casualidad que al tipo se le dio. Luego de muchos mensajes, charlas hasta altas horas de la madrugada y deseos callados, al Tipo se le dio con la mina que siempre quiso. Despues de tanto patalear, papa noel le trajo el juguete que siempre quiso y mama y papa nunca le pudieron comprar. Quizas, lo mas hermoso de todo esto, es que el tipo no le debia nada a nadie. Todo, absolutamente todo se lo habia ganado el solito. Con su metrito ochenta y sus 63 kilos el tipo habia logrado lo que no muchos logran siendo un proyecto de vaya a saber uno que. Ahora estaba, en la ciudad mas linda que conocio, una ciudad de paraguas y naranjas (Frutas y colores) viviendo la vida que siempre quiso vivir. Que hijas de putas que son las oportunidades, siempre falta 5 para los 10 centavos. Siempre falta un poquito mas para que todo este ordenado en el modular. Y al tipo le salto la ficha rapido. Despues de meses de putearse, de amarse, de encamarse y de olvidarse, el Tipo estaba, una vez mas, hasta las manos con las piernas largas y los vestidos negros. El Tipo se daba la cabeza contra el escritorio de su estudio (Cuanto glamour no?) y se empinaba una nueva lata de cerveza desconocida pensandom que carajo estoy haciendo aca? Se suponia que debia estar contento, feliz, enloquecido con el numero que salio en la ruleta, con el 7 de espadas que tenia en la mano. El tipo tenia una vez mas 33 y se terminaba yendo al mazo ante el primer Envido.

Recordar es el placer de los dioses y la condena de los hombres. Todas las mañanas antes de putear por la lluvia matinal y un segundo antes de gritar Viva Peron! (Pa' sentirse mas argentino vio?) El Tipo creia que iba a voltear e iba a estar ella, vistiendo lenceria que dan ganas de arrancar con los dientes y una piel tan blanca que dan ganas de pintarla con los labios (Que mersa, que grasa este Tipo). El tipo se acostaba y durante el sueño aparecia ella vestida de todas las maneras posibles (Recuerdan que al tipo solia pasarle esto no?). Y que prostituta que es la esperanza, hay que andar vendiendola y cambiandola por cualquier distraccion que este al alcance de la mano. El tipo se soño, durante 23 años, como un tipo grande, enorme, influyente, poderoso, inteligente y seductor. Y ahora, que estaba empezando a armar la montañita de mierda que se necesita ''para ser alguien'' el, preferia su sonrisa. Preferia el olor de su pelo al asfixiarlo en la cama soltera. Preferia su voz diciendole te quiero, diciendole hijo de puta, diciendole te amo, diciendole la concha de tu madre. El prefería eso. No obstante, era muy tarde. El Tipo ya habia elegido la montañita de mierda. Quizas, el unico consuelo es que dentro de un mes, al volver al vino, la birra de tarde y las risas con los pibes; ella va a estar a su lado. Tomara un poco de esa montañita de mierda, se la lanzara al pecho y le dira: Sos un pelotudo, sos un Tipo y sos mi compañero. Una vez mas, Viva Peron (Pa' sentirse mas Argentino; pa´sentirse mas compañero).

lunes, 15 de septiembre de 2014

Otros tipos

Madrugada, niebla en La Plata y alrededores. El pucho ya estaba a punto de quemarle las falanges al Tipo de anteojos y camisa tipo mantel de domingo. El celular vibraba sobre su pierna y el sabia mejor que nadie que ese llamado le iba a cambiar la vida. Sabia que si atendia o respondia alguno de los miles de mensajes que le estaban llegando iba a caer en la trampa mas obvia y a su vez hermosa. El, que se creia imperturbable, irreprochable, integro e intachable, estaba a un ''¿que haces?'' de volver a foja cero, fuera de su jurisprudencia.

El Tipo empezo a monologuear como Woody Allen en ''  '' (No pretendan tanto). Se preguntaba por la naturaleza de los hombres y las mujeres. Penso en cada uno de los Tipos que en este momento estaban atendiendo un llamado mientras le pegaban un beso frances al pucho. Tambien penso en otras cosas aun mas importantes. Trato de imaginar los rostros de todos los amantes que estaban teniendo un orgasmo en ese momento (No lo culpen, El Tipo no podia mas de trillado). Imagino a todos los Tipos que estarian viendo la repeticion del Boca - River del 95 ( Cancha de River. River 2 - Boca 4; goles Ortega, Francescoli - Saldaña, Marcico, Yamir y Da Silva). En la cantidad de Tipos que estarian fantaseando con las amigas de su hermana menor. En la cantidad de Tipos que querian vestirse como minitas y que lo manoseen entre muchos tipos vestidos de minitas. El Tipo, penso en todos ellos, y se sintio mejor. Penso que quizas el infierno no estaba tan lejos (Se dice que tiene una sede en 5 y 43) y que sus pecados se comparaban con las nursery rhymes inglesas. Es que era tan sencillo para el sentirse un hijo de puta, siempre busco culparse de los males que lo rodeaban; siempre intento culparse del asesinato sin siquiera haber tirado un tiro.

Seguia vibrando en sus pateticas piernas. El olor a casa prestada lo delataba, iba a tener que esconder todos los cuadros, guardar la guitarra que no sabia tocar, esconder la ropa interior que tampoco era de el y sacar los afiches de grupos en los cuales el no tocaba. En resumidas cuentas iba a tener que inventarse una realidad en lo que tarda un taxi en parar y tocar el timbre en el 3ro B. Tambien ( Y como si todo lo otro no fuera poquito) iba a tener que verle la cara a ella. Iba a enfrentar su sonrisa hermosa y su gesto añorado con la cara aun repleta de rouge y vino. Iba a tener que esconder el olor a prestado, los cuadros de situacion que lo desfavorecian, la guitarra que toco la noche anterior, la ropa interior manoseada y poner los afiches de los grupo con los cual termino de convencer a la minita para que se le meta abajo de la frazada (Recuerden, frio en la plata). En resumidas cuentas, iba a tener que inventarse un realidad en 15 minutos y, despues de inventarla, negarla. Tenia la oportunidad de revolcarse con tremenda perra y aun asi no podia dejar de pensar en ella. ''Que hija de puta que es'', pensó. No lo dejaba ni jugar un rato solo. No lo dejaba volver a ser un pendejito piola. Sus ojos le daban vuelta en la sopa de letras tan mal hecha. Y aun asi...Y aun asi, el celular seguia sonando y el Tipo siempre fue debil y siempre le gustaron las adicciones. Siempre le gusto el beso, el mimo, el abrazo, el halago y el sexo. No podia negarlo si estaba al alcance de las piernas.

-¿Que haces? Dale, venite.

viernes, 5 de septiembre de 2014

Poema Incapaz

Me acuerdo de pendejo
que el viejo me decia ''Pichon'' y yo pensaba
que aun cuando lo veia llorar, era de felicidad.
No hay quizas pelotas que alcancen
para aguantar todos los goles que te metieron;
y olvidate de amar, que lo unico que podemos hacer
es esperar
a que venga la vieja, te cebe un mate
y nos señale que es lo que esta mal.
Tan irritante que irrita.
Tan estresante que estresa.

Me acuerdo de puber,
como me costaba mirar a las nenas
pensando que quizá, ellas me verian a mi
y se darian cuenta que estaban frente a un pendejo enfierrado.
Un pendejo bien lindo e inocente, bien sensible y querendón.
Me lloraban los labios cuando los piolas,
los copados, los que siempre caian con los pies para adelante
se me cagaban de la risa cuando me conmovia con Cortazar y con Sui Generis.
Y me lloraban los pulgares cuando las nenas jugaban con los piolas,
los copados, con los que siempre caian con los pies para adelante.
No piensen que la muerte es la sentencia final,
mucho peor es dormirse esperando que las cosas cambien.
Que mamá lo quiera a papá.
Que los nenes me quieran como amigo.
Que las nenas me tomen de la mano
y que mamá lo quiera a papá.

Me acuerdo de chabon,
como me dejaba el pelo largo y jugaba a ser hippie.
Para luego despertar en cama caliente
y familia tan bien vista.
Como me calentaba mirar los hombros desnudos
y fumaba mal para ajusticiar mi falta de calle.
Al conocerse uno mismo, conoce las miserias
conoce la soberbia de sentirse unico
y apenas clasificar para interesante.

Me acuerdo de tipo,
como soy todo lo que quise ser y aun así
me levanto todas las mañanas pensando que se ira.
Que encontrara a otro mas piola, mas copado
y lo tomará de la mano.
Mama sigue sin querer a papá.
Los nenes siguen sin quererme como amigo.
Por suerte, cada tanto, alguna nena me lleva a pasear
y asi, tan inocente como parece,
me recuerda que todos los sueños estan envueltos
en un pañuelito descartable.
Y como siempre, Ella esta ahí.
Y por suerte...No le gustan los copados.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Lucky convertible de 20..Box, por favor

Decimoquinto cigarrillo del día. El encendedor ilumina parcialmente la noche de febrero y por un segundo todo parece de dia. En vez de estrellas El Tipo ve el celeste del cielo. En vez de una luna, el sol resplandece en lo alto. En vez de una noche cerrada y proclive a la prosa turbulenta y melancolica, el dia surge para empalagar todas las palabras del Tipo. Venia odiandose hace varias semanas, venia escribiendo una tras otra lineas sin ningun tipo de vuelo ni razón. Tan solo palabras bonitas, una tras otra inundaban el papel y El Tipo sentia que le llegaba a las rodillas. Por suerte para el, aun el clima le permitia unas bermudas. El Tipo habia estado viajando, se habia alejado de todo justo cuando la colina empezaba a ser cuesta abajo y las piernas ya no miraban al banco de suplentes pidiendo por favor el cambio. Se habia ido lejos, bien lejos (o por lo menos todo lo lejos que la billetera le permitia irse). Habia dejado aqui en Buenos Aires lo que habia añorado por semanas. Habia dejado aqui en Buenos Aires eso que le habia quitado el sueño, lo despojo de toda sonrisa y lo entrego a un sinfin de minitas, whisky, noche y decimotantos cigarrillos. Aun asi, disfruto su ausencia. Encontro en la lejania lo que le faltaba. Encontro en la distancia esa estupidez que los copados ahora llaman ''Espacio''.

Todos esos miles de kilometros de distancia habian abierto una herida que no paraba de sangrar. Ahora tengamos cuidado, no todas las heridas duelen. A veces hay tanta sangre dentro de uno que es mejor escurrir un poquito para limpiar el asunto. El Tipo tenia sangre nueva, brillaba mas. El aire tucumano y el frio de los valles habian convertido a ese pesimista de bigote mal recortado en un optimista de bigote mal recortado. Sinceramente y si tenemos un poco de sinceridad poetica, El Tipo no podia pedir una mas. Ya le habian revoleado en la jeta cuanta torta de cumpleaños posible y le habian entonado el grito cumpleañero en mas de 15 idiomas (poliglota mis polainas). Ahora que la casa estaba en orden habia que ver que se hacia con tantos muebles.

Los cigarrillos seguian subiendo y el humo en los pulmones tambien. Habia algo extraño en todo eso; como cuando la manchita no termina de salir del mantel y aun asi, comemos encima de el. El Tipo entendia que las cosas no iban a ser como siempre (¿como es el ''Como siempre?). Y aun asi, la estaba pasando bastante bien. Tenia sus ratitos en los cuales la jugaba de Gigoló, tambien su retiro academico, donde se calzaba los anteojos negros y parloteaba acerca de todo lo que terminaba de saber y por ultimo (pero no menos importante) podia acurrucarse entre un par de brazos hermosos y escuchar Prince (a bajo volumen, pero tapando los besos). Dejese de joder Tipo, las cosas le estan saliendo bien, no hace falta que siga malgastando sus nudillos aporreando tanto el teclado de la notebook como el teclado del piano. Recuestese y hagame un favor, deje de quejarse (pare de sufrir). Hay cosas peores y seguro a algun pobre infeliz se le estara muriendo la abuelita por ahi o apagando el calefon durante la ducha matinal.

- Lucky convertible de 20...Box, por favor...Hay Tipos que se sienten muy comodos en el dolor y la queja. El, no era la excepcion

jueves, 28 de agosto de 2014

Mas de un cura se quiere matar

Lo miraba ajustarse los anteojos y recordaba esos primer planos tan sitcom norteamericana. Penso en el momento en el cual ella (Rubia, alta de nombre Susan) le dice una vez mas a el (Rubio, Alto, de nombre Brandon) que estaba embarazada de 3 meses y no sabia de quien era el bebe. Él ensayara una respuesta eficiente pero no tan desesperante y ella, obviamente, se desesperara. La realidad se resume en 4 palabras, que nunca sabremos, pero siempre sospechamos cuales son (Elija su propia aventura. Elija su propio Cliché. Cambios con la bolsita, de 10 a 16).

Diez de la mañana y no podia hacer mas frio. Era entretenido observar como la helada va carcomiendo el espesor del Blindex y lo convierte en un papel de calcar. Nuevamente, el se ajustaba los anteojos, tenia esa compulsion, lo hacia sentirse intelectual aunque las inseguridades le nacian desde el talon (De aquiles, siempre de Aquiles) y le llegaba hasta la media americana que lucia en su negruzca cabellera. Ella no terminaba de entender porque le gustaba tanto. Sospechaba que quizas la avaricia de sus palabras, la cintura en su argumento o el vaiven de su dialectica. Todo falso, todo erroneo. Ella, que era de mundo, soñaba con levantarse en una ciudad distinta cada mañana se chocaba con el hecho de que al fin y al cabo, le atraia mas el congreso universitario que el pub irlandes.

Aun asi, ella decia que no. Lo miraba y decia que no. Era mas fuerte su deseo de sentir que dominaba la situacion y que el que tenia todas para perder era el antes que aceptar que las piernas largas se le iban correteando atras de cuanta disertacion de dudosa argumentacion salia de sus labios mal recortados. La negacion se le volvia piel y ahi es cuando el vigilante se distraia y era facil colarse en el boliche. Es que a veces no nos damos cuenta que tan facil es poseer a alguien. No nos percatamos de como, al darle de comer al bulldog que llevamos como ego, el otro automaticamente muestra su lado mas febril, su lado mas cafe de centro de estudiantes.Y en efecto, el seguia chamuyandole de pavadas y ella no paraba de escucharlo y creyendo que habia encontrado algo que no existía ni a la vuelta de todas las esquinas. Quizás el error mas grande que ella cometia no era el negar todo lo que le tiraban por los rulos. Sino mas bien, naturalizar cada segundo de su existencia y pensar que lo tendria para siempre. Suponer que al amar solo hay que tirarle agua y listo, no se muere jamas. Lamento decepcionarla señorita, pero no hay semilla que crezca dos veces; ni tampoco hay labios que se besan por primera vez.

No nos importa si estos dos terminan revolcandose un jueves a la noche mientras se insinua y se excusa alguna cena familiar, alguna reunion de trabajo o algun ''me voy a jugar al futbol con los pibes''. No nos importa si andan acurrucandose por los pasillos blancos y entre los libros tan pero tan amarillos. Creame lector, no nos importa. Al fin y al cabo, todos jugamos al mismo juego. Todos tenemos las mismas reglas, el tema es saber como burlarlas. No hemos nacido para atarnos las rodillas e ir caminando como un muñeco sin articulacion. Seamos sinceros (Aunque sea una vez en la vida) y confesemos lo mucho que nos gusta la mentira. Total despues de un rato nos terminaremos acostumbrando y hasta quizas, terminamos sincerandonos con ella (Con la mentira, con Ella jamás) . Una vez mas, gana el diablo y mas de un cura se quiere matar.

lunes, 11 de agosto de 2014

Verte Bailar

Verla bailar lo idiotizaba. El Tipo se encontraba una vez frente a esas caderas que se movían de un lado para el otro; que dejaban sin perdón al mas santurrón de los hombres (Esos que conocía bien). La pollera negra apretada y la camisa semitransparente dejaban ver un encaje que no le iba a durar mas de 10 minutos puesto. El Tipo miraba, observaba, oía y desnudaba, y sin embargo, ella seguía bailando y el... El la veía bailar.

Paradoja de los hombres, atrae lo que desconocemos o somos incapaces de hacer. Para que ver reflejado en otro lo que podemos hallar mirándonos el ombligo? El Tipo no quería una pendeja sensible a las mañanas frías y a los veranos entre algodones. El quería que lo saquen  pasear entre todo el perrerio de la tarde. Quería que lo pongan entre la espalda y la pared y lo arrinconen con besos de nicotina. Quería una pendeja de bondi trasnoche y corazón de hotel alojamiento.

Obviamente, no hace falta aclarar que el tipo no podía dar dos pasos a tempo. Los dedos se le movían incesantemente como un vibrador en manos primerizas pero los pies estaban duros, duros y ,una vez mas, duros. La silla, fiel amiga en los reductos nocturnos de poca monta y beso fácil depositaba toda su timidez de quinceañero. No se si alguna vez se lo pregunto, pero ¿Cual es la diferencia entre una mirada al pasar y un par de ojos que se fijan en la nuca y lo besan muy suavemente? La respuesta esta en la paciencia, tarde o temprano, esa mirada llega pero es única e irrepetible. No sucederá dos veces (Por mas que haya mas de uno que jura conocerla a diario).

Finalmente paso, el Tipo sintió los labios en el cuello. Se levanto de su silla y paso al lado de ella (Que no dejaba de bailar) y simplemente le rozo la cintura con las manos inquietas. El resto ya estaba dicho, desde el primer compás ambos sabían que iban a terminar desnudándose en el baño de quien invitaba. Todos iban a saber de sus gritos ahogados y de la almohada que se hunde en los rostros orgasmicos. Para que mentirse? El Tipo se conocía bien, no podía resistir una docena de besos y mucho menos si estaban en oferta. Todos iban a saber que El Tipo siempre fue el mismo. Lo único que supo cambiar fueron sus camisas.

viernes, 14 de febrero de 2014

Te amo/Te odio/Dame mas

Ya casi habia pasado una semana. La tinta de la lapicera se le estaba secando contra un escritorio que sus padres (Esperanzados en alguna carrera como la gente - Derecho, medicina, ingenieria-) habian puesto de prepo en su escueta habitacion. El Tipo habia decidido parar la mano un poco y disfrutar del momento. Si bien, la situacion no era como para tirar manteca al techo (La muerte seguia ahi afuera esperando a ver si la dejaban entrar); El Tipo no podia negar que las cosas iban mejor, que el viento habia empezado a soplar desde el sur y el frio presagiaba un invierno con las sabanas hasta la nariz y, por suerte, acompañado de piernas largas sin vestidos negros. El Tipo no tenia mas argumentos para seguir llorisqueando en el hombro de desconocidas que no querian escuchar sobre Ella y (En el mejor de los casos) querian un par de besos antes de dormir.

El Tipo se cebaba un mate tras otro. Tanta yerba y agua caliente verde iban a hacer del higado del tipo un frente de batalla. No importaba demasiado; siempre esta bien mantener las apariencias y si hay que tomar pavas y pavas (o termos y termos) de mate para lograrlo, el estaba dispuesto a hacerlo. Recien ahora a las cinco y media de la tarde de un viernes con probabilidades de lluvia y pocas probabilidades de salida nocturna; El Tipo se habia puesto a escribir una palabra tras otra. No sabia muy bien porque pero sentia que habia asumido una responsabilidad que no estaba en condiciones de asumir. Fantaseaba con un editor que lo llamaba cada 3 horas esperando una cronica que aun no habia ni empezado. Soñaba con un cadete que venia a buscar la columna en una motito destartalada y se sentaba a cebarle mates y escuchar el golpeteo del teclado. El Tipo se imaginaba miles de lectores esperando una nueva entrega, una nueva edicion de las desventuras o no de Un Tipo solo. Todo esto lo hacia sentir bien y cuando pensaba en tantas miradas expectantes sus manos se movian mas rapidamente (Liviandad en las extremidades. Alcohol y vanidad, no tan distintos). El Tipo pensaba en todas esas Minitas que iban a tener que secarse la frente despues de leerlo; en todos esos Tipos que iban a querer ponerse a escribir todos y cada uno de sus momentos de Tipo despues de pasar los ojos por las Cronicas.

Ya es hora de confesar algo sobre El Tipo que seguro, usted lector, ya se ha dado cuenta. El Tipo necesitaba que lo quieran. Pedia a gritos un abrazo, un beso, una palabra de aliento o por lo menos una mano ofreciendo un vino o algo para tomar. El Tipo destinaba cada uno de sus segundos sobre el mundo de los vivos (Que eran muchos dado su insomnio marca siglo XIX) a trazar lineas donde ya no caben mas; a decorar los arboles de la plaza con papel de diario o a melodizar los gritos de las carceles, los llantos de las iglesias. El sabia que su motor solo iba a llenarse de cariño.

Dejeme salvar un poco el cuero de este pobre Tipo. Necesitaba cariño, todo el que le puedan dar. Si, de acuerdo, pero Ella habia logrado (Con su adios repentino y su vuelta aun mas sorprendente) que ese cariño no se confunda con admiracion. El Tipo habia aprendido por las malas (Porque por las buenas nunca aprendio un carajo) que la admiracion es el alimento de los idiotas y el era el mas idiota de todos. Ella le regalo un cariño que hacia que toda la admiracion del mundo se convierta papita pa'l loro. El Tipo creia que solo iba a poder enamorarla si no paraba de darles motivos para hacerlo. Sin embargo Ella no queria un amor de excusas. Cuando él envolvia toda Plaza Serrano y se la llevaba hasta su casa, Ella se conformaba con un colibri que estaba a punto de sobrevolar sus cabezas. Cuando El Tipo juntaba diariamente jazmines, rosas, petunias, tulipanes y lirios, Ella olía un petalo y ya era feliz ¿Como puede uno resistirse al poder de lo simple? Si El Tipo ya lloraba con un gol de afuera del area y con las trompetas desafinadas de la barra; como no iba a entusiasmarse con su sonrisa al despertar y descubrirlo en su cama.

El Tipo ya se bajo un termo de mate y termino de escribir. Se dispuso a corregir los horrores de acentuacion (siempre tuvo quilombo con las tildes ¿Sera que siempre le costo acentuar?). Y ya estaba todo listo para que las palabras bonitas y bellas salgan a dar una vuelta por ahi y vuelvan llenas de besos y abrazos. Para Ella, saco un papelito del bolsillo y escribio una oracion; escueta, chiquita, casi inocente. Ambos sabian muy bien que eso iba a bastar para que la sonrisa mas imponente de todas se meta en el bolsillo del jean Levi's. El resto de las palabras El Tipo se las deja a ustedes. Por favor, si mandan besos y abrazos, coloquen su direccion. El Tipo estara mas que dispuesto a devolver cada uno de ellos.

sábado, 8 de febrero de 2014

Fumando espero (El Tipo y su ansiedad)

El Tipo nunca fue bueno para las esperas. Siempre prefirió que la realidad le de un baldazo de agua helada antes que lo ande salpicando a cuentagotas. No tener el control de la situación lo hacia sentir inseguro, débil. Como un niño cuando recién empieza a caminar, el imaginaba que si se soltaba de la mesita iba a terminar con la cabezota en el piso y llorando bajo la pollera de mama o alguna tía. No podía aceptar que su felicidad dependiera de la buena o mala voluntad, del talento, de la pericia, de la bondad o certeza de un malo conocido o bueno por conocer. Aún así, la vida le había enseñado a esperar. No creo que la vida tenga grandes aptitudes pedagógicas pero sin duda (a base de pico y pala, o de golpe y palo) lograba hacer entender las cosas; la vida es de esos tipos que te realizan ofertas que no podes rechazar y después terminas arrodillado besandole el anillo. Varias veces El Tipo tuvo que sentarse en la parada y esperar que el bondi llegara. Con frio y todo, el se abrazaba un poquito para cuidarse del frio y esperaba fumando, uno tras otro, los Lucky Strike recién comprados. Así fue que de a poquito había aprendido a esperar. Cometiendo errores dignos de un principiante; dignos de un recién nacido (El Tipo siempre se comportaba un idiota cuando se desesperaba; no lograba contener su natural condición de Tipo).

Ahora bien, una cosa es esperar señores. La espera tarde o temprano termina; se resuelve para un lado o para el otro. El Tipo era aprendiz en muchas cosas (Nunca supo cocinar, nunca supo hacer la cama, nunca supo besar por primera vez, nunca supo hablar lo justo y necesario). Pero había una sensación que lo aterraba, que lo ponía en medio del camino esperando que un camión se lo termine llevando puesto. La Muerte nunca le había tocado el culo. Nunca se le acerco en el subte y le dijo unas palabras al oído (Completamente obscenas. La muerte no sabe hablar de otra manera). Ahora, recién ahora, con 23 años la muerte se le estaba metiendo en la cama y ya había empezado a recorrerlo con su boca; con sus besos fríos y tremendos.

Mire que hija de puta sera la muerte que es de esas que te caen en la casa sin avisar. Una tarde (O mañana o noche) te suena el timbre y la tenes ahí, reclamando mates con galletitas y depende de como venga la mano se te instala a cenar. Quizás eso es lo que alteraba al Tipo. Que lo pongan a discutir cara a cara con Dios sin saber si jugaba de local o visitante, a que hora es el partido final, si hay publico visitante o se juega a puertas cerradas. El Tipo no podía con el enorme misterio que conlleva estar de un lado o del otro. De putear durante un superclasico a estar 3 metros bajo tierra con el pecho frió y con los gritos ahogados. Ahora (Repito, recién ahora) El Tipo tenia miedo que la muerte lo visite durante la noche de verano. Comience a desnudarlo y el se deje llevar entre tanto manoseo de prostituta (Sin besos, claro está). Hay que ser sincero al fin y al cabo; aunque no sea la mina mas linda de todas, sabe muy bien como calentar a un Tipo y hacer lo que ella quiera con el.

lunes, 3 de febrero de 2014

Problemas de Tipo

Todos sabemos muy bien como comportarnos cotidianamente. Todos sabemos como sentarnos en una mesa rodeados de desconocidos y sacar charla de lo primero que se nos ocurra. Sugerencias del chef: "Que linda camisa ..." (complete con el nombre del receptor); "¿Qué calor que esta haciendo, no?" (ya hablamos de la meteorología y las charlas casuales). Sea como sea, casi todos terminamos pasando las 2 o 3 horas que se nos presentan en suerte charlando sobre cualquier cosa y poniendo carita de feliz cumpleaños; todos tenemos esta posibilidad bajo la manga. A casi todos se nos da fácil. Muy bien, al Tipo no le pasaba nada de esto; se le notaba el esfuerzo de aquí hasta Lujan y eso espantaba a los interlocutores. Siempre, por A o por B, terminaba pifiando el comentario. No tenia la cintura maradoniana para no terminar halagando el escote de la novia del interlocutor. No tenia la agilidad mental para sacar temas al azar y salir jugando como un gigoló. El Tipo era ineficaz en el trato con el resto de los humanos. La razón mas cercana y posible: El Tipo no quería perder el tiempo. Prefería detenerse a pensar en la existencia de Dios antes que hablar sobre el dolar blue. Prefería meditar sobre el amor de su vida en vez de discutir sobre las piernas de esta o aquella --al fin y al cabo eran todas lindas--.

Esta aparente misantropía (¿misantropía?) había enorgullecido, hasta hace no mucho, al Tipo. Se sentía glorioso al poder escaparle a lo trivial, a lo absurdo, a lo bizarro del trato cotidiano. Ahora que El Tipo se había llevado la pared por delante --y no tuvo mejor idea que poner la cabeza--, aquel rasgo que había creído grandioso le parecía patético. Le causaba repugnancia, lo hacia sentir un imbécil. Fíjese que efímeros son los orgullos, que pequeñas las convicciones;el Tipo siempre la jugó de dogmático, sin embargo era mas pragmático que un neoliberal. Su incapacidad de comunicarse se convirtió en un problema, para él y para todos. Esa arrogancia imbécil que portaba terminó asqueando a todos los que los querían. Y lo peor de todo, el Tipo lo percibía. Sabía que estaba destruyendo todos los edificios sin edificar. Aun así, seguía, imperturbable, en su papel de rockstar, de intelectual, de académico, de ganador. Que errado que estaba. Tuvieron que ponerle freno a semejante derrotero de palabras bonitas (que son las que menos dicen. No podemos negar la potencialidad de una buena puteada). Así fue que un día lo pararon en seco y le prohibieron seguir chupando de la teta de la soberbia. Lo agarraron entre tres o cuatro y lo sacaron a patadas del bar. Termino solo, bebiendo de un vaso que encontró tirado por ahí.

No piense que ha sido tan triste el desenlace de esta crónica. No, en absoluto. Al Tipo le venia haciendo falta hace rato una buena sacudida (No me malinterprete, por favor, el sexo nunca fue un problema para el tipo; las reacciones a tiempo, sí). Lo habían dejado en pelotas y parado en medio de la vía (esquina Serú Girán). Él sabia muy bien que así no iba a durar mucho. Se puso lo primero que encontró (una camisa de seda tipo italiana y un jean Levi's) y salió a probar su nuevo Yo. Muy a su pesar, nadie se había dado cuenta del cambio aún. El Tipo sonreía, asentía, halagaba y condescendía; aún así, nadie le daba pelota. Todos lo seguían mirando con la misma expresión de incredulidad y desentendimiento. No hay vuelta señores, los cambios de ropa no se notan de un día para otro. El Tipo iba a tener que desempolvar mucha seda italiana y jean Levi's (por cierto, la combinación es precisamente espantosa) antes de percibir como las miradas cambiaban. Sobre todo, lo que mas le importaba al tipo era clavarse en medio de un par de ojos bien abiertos, un par de ojos celestes y bien abiertos, un par de ojos que solo se encuentran después de poner a dormir la siesta tanta palabra bonita y simplemente dejar caer una buena puteada --de esas que erizan la piel de las viejas chusmas de barrio--. Punto para El Tipo: le quedaba bien la puteada, solo que nunca supo usarla.

miércoles, 29 de enero de 2014

Cuentas sin pagar (Si paga el Diablo, no paga Dios)

El Tipo tenia que revisar todos los recibos desde el año 2010 hasta hoy. Sabia que habia quedado algo sin pagar. Una cena en algun bodegon, un pan lactal en algun almacen, un vino en algun bar de La Plata. Ahora estaba agarrado de las pelotas, porque había pasado demasiadas cosas por alto. Ella no lo hizo y ahora quería que pague, una por una las cosas que rompió. El Tipo estuvo mucho tiempo en piloto automático, casi ni tocaba la palanca de cambios, mucho menos el acelerador. Repetía la misma rutina todos los días. Como cuando uno sube al bondi y dicta el destino sin siquiera notar la sonrisa del chófer, El Tipo jamas noto su sonrisa, mucho menos sus lagrimas. Aun así, era el novio que todas las minitas querían tener. Escribía, componía, era cariñoso y tenia todos los halagos de libro. Cualquier Minita hubiese querido un novio asi, menos Ella. Ella quería algo mas. Ella siempre quería algo mas. Y esa sed de mas, esa codicia, esa insuficiencia al Tipo le encantaba. Muy a su pesar, lo enamoraba todos los días un poco mas.

Pensemos un rato en como Los Tipos viven sus días. Todos los días que andan dando vueltas por ahí. Los Tipos se levantan, generalmente a la misma hora sin ayuda de despertador. Desayunan porque así le enseñaron (A pesar que nadie puede tener hambre a las 7 de la mañana). Se visten, en el mejor de los caso se bañan, toman un colectivo, trabajan, y lo mejor que les puede pasar es tomarse una copa de vino, un vermouth o un cinzano al final del día mientras miran el noticiero llenos de mala noticias. Y como todos los días, se van a dormir. Quizás antes de acostarse piensan en algún par de piernas que vieron en el bondi o en algún escote de esos que se te cruzan y volves a tener fe en el universo, y listo. Lo mismo todos los días, todos los lunes, todos los martes, todos los miércoles y el resto de los días que se parecen a los lunes, a los martes y a los miércoles.

Ahora bien. El Tipo era consciente de lo Tipo que era. Aun así, el se creía mejor. El se creía que era el mas piola de todos. Se dormía cuando quería, se levantaba cuando no podía seguir durmiendo. Tenia a todas Las Minitas al borde de la cama, esperando que el las haga pasar. No era talentoso, pero aun así se las ingeniaba para lograr que todo lo que hacia quedaba mas o menos lindo (Como un estafador del año 20 vio?) . E incluso llego a pensar que era algo mas que un Tipo. Que estaba exento de las rutinas, los dolores, las alegrias y los placeres de los Tipos. Acaso que tan errado o pelotudo se puede llegar a estar o ser para creer semejante imbecilidad. El Tipo no tenia prueba alguna para creer que iba a zafar de terminar adentro de la misma bolsa. Aun así lo creía, y daba vueltas alrededor de la bolsa riéndose de los que estaban adentro.

Es así señores, ninguno zafa de nada. A todos nos termina tocando meter el culo entre las patas y fumar abajo del árbol, bajito,sin tirar mucho humo como pa' no molestar. Ella lo puso al lado de todos Los Tipos. Le metió la cabeza abajo del agua a ver cuanto aguantaba (El Tipo la tenia clara con la apnea, pero tampoco para tanto). El Tipo tenia que cambiar de piel, tenia que cambiar lo que lo enorgullecía. Tenia que tirar la tarjeta de presentación con la cual todas las Minitas se meaban encima y tenia que cambiarla por una hoja en blanco que (Por supuesto) no iba a llenarse sola. Como decíamos al principio, el tipo tenia cuentas sin pagar. Y en estos casos no hay ningún Paga Dios que lo haga tirar hasta fin de mes. En estos casos siempre, siempre, termina pagando el diablo.

martes, 28 de enero de 2014

I put a spell on you

Primero arranquemos aclarando algunas cosas, en una de esas El Tipo se ilusiona y piensa que la pelota entro, sale corriendo, festeja el gol con sus amigos y luego se da cuenta que cobraron Off-Side (No seria la primera vez que le pasa). Si, Ella le dijo, entre las sabanas que alguna vez supieron dejar patas para arriba, que lo amaba (Repito, Ella lo ama). Si, ella se dejo desnudar como otras tantas veces e hicieron el amor de manera tan perfecta que sonrojaría a mas de una monja (Y porque no, a mas de un cura). Si, ella no paraba de sonreír, como si alguien en la cabeza le estuviese haciendo cosquillas entre los pies (¿O era El Tipo). Aun así, ambos sabían que no se podía, que estaba mal, que mas allá de las risas, de los besos, de los cuerpos desnudos existían millones de cosas que resolver primero. En un escenario así, no había lugar para los sentimentalismos. Pero claro, que difícil es cuando las cartas están sobre la mesa y te apuran doblando la apuesta. En ese momento, uno se olvida de los padres, los amigos, las mujeres y se juega todo. Y como todos sabemos, las cartas son caprichosas, podes terminar gastando todo lo ganado en una noche o podes volverte a tu casa con los bolsillos vacíos. Colándote en el bondi con la cola entre las patas, y las lagrimas entre el saco.

Creo que seria mejor ser sincero. La verdad es que en un principio andaban con cuidado. Iban tanteando cada pasito, cada movimiento como si tuviesen enfrente a la reina de Reino Unido. Casi no se daban la espalda, no sonreían de mas, no se sostenían la mirada mas de 4 segundos (Cronometrados y todo). Les venia saliendo bárbaro el papel de adultos, de muñecos de torta. Ahora, y esto quizás sorprenda, por primera vez en su vida El Tipo tomo las riendas del asunto. Sabia que no tenia muchas balas, que el enemigo se le venia al humo y el tenia que zafarla. Y no lo dudo. Disparo lo poco que tenia, y del otro lado le respondieron. Se hundió en Ella y la beso como si fuese la ultima vez que se iban a besar. Ambos sabían que eso estaba muy lejos. Que ese beso iba a ser el primero de una larga fila de besos. Que iban a pasar los próximos meses jugando a los amantes. Y que, cuando se encamen con otros pobres desgraciados, hundirán la cabeza en la almohada y pensaran en el otro. Se buscaran en otros cuerpos y putearan cuando las piernas no sean tan largas, cuando los labios no sean tan fuertes, cuando los orgasmos no sean tan placenteros. Y bueno, así es la cosa, cuando no se puede, no se puede.

Antes de irse, El Tipo tuvo una piolada. Hasta hace unas semanas venia puteandola porque le había afanado El Manual del Después. El Tipo espero que Ella se levante a hacer algo (Las mujeres después de hacer el amor SIEMPRE hacen algo. Es obvio, no son tan básicas como nosotros) y busco entre sus ropas a ver si lo encontraba. Lamentablemente no estaba allí. Busco una y otra vez intentando ser silencioso para que no salte la ficha y no encontró nada. Se dio cuenta ahí, que ambos estaban sin manual. No tenían idea como seguir después de ahí. Llegaron a un punto en el cual la cosa se puso muy densa, se puso muy peligrosa. En ese momento, Ella entro a la habitación. El Tipo la miro y le dijo que la amaba, esperando que ella le responda negativamente. Ella lo cago, una vez mas lo dejo con la boca abierta y con los rulos dado vuelta (Se había cortado el pelo, igual siempre fue un tipo de rulos). Le dijo que también lo amaba (Repito, Ella también lo amaba) y lo beso por decimacuarta vez esa tarde. Después saco un cuadernito con la cara de Édith Piaf. Y se pusieron a escribir. Si no hay Manual, tenían que ver que carajo hacían. Y que mejor que hacerlo juntos, no?

domingo, 26 de enero de 2014

Don't Push It

Con I grande grande

El Tipo las hacia todas juntas. La apuraba como le habian enseñado los Tipos Grandes. Sacaba del arco, acomodaba con el cinco, desbordaba por la derecha, penetraba hasta el fondo, tiraba el centro y casi siempre dos pases en el area es gol. El Tipo era de manual. Ella ya sabia todo lo que le iban a decir. Lo tenia anotado en un cuadernito que El Tipo le lleno de palabras. Aun asi, Ella dejaba que El Tipo se le venga al humo. No podia dejar de sentirse feliz cuando notaba que a pesar de que no lo amaba (Repito, no lo ama) seguian siendo los mismos de siempre. Lamentablemente, cuando no se puede, no se puede. Hay que acurrucarse contra el rincon, putear en voz alta, llorar en voz baja y poner carita de pelotudo (Pelotuda) para que la gente no pregunte mucho. Es medio molesto ¿Vio?

El Tipo sabia que se estaba jugando toda la guita en esta mano. Tenia las cartas justas, las que necesitas para ganar si del otro lado no te salen con una escalera o un color. El vertigo de la situacion lo entusiasmaba. Se sentia a punto de despegar en el avion mas inestable del mundo (Y eso que jamas piso uno). Se miro a si mismo y se dio cuenta que no sea sentia asi hace tiempo ya. La miraba a Ella (Mirar es un decir, dado que no estaba) y tambien la sentia entusiasmada.  La sentia debatiendose entre el cuerpo y la cabeza, sin saber muy bien quien iba a terminar ganando despues de tanta trompada, de tanta patada, de tanto insulto.

Los dos sabian que estaban jugando el partido mas dificil de su vida. El Tipo siempre tuvo mala suerte cuando quedaba solo contra al arco. Siempre hacia una de mas, o la pelota le picaba por un pozo en el potrero (De todos modos, siempre fue pata dura. Por eso preferia hacer bailar antes que bailar). Ambos sabian que las oportunidades van pero generalmente no vuelven. Y ambos, tambien sabian que era demasiado denso todo esto. Que el humo que salia cuando se hablaban, cuando se veian, cuando se besaban podia ahogarlos o hacerlos respirar (Encima ambos fumaban mas que todo un bar junto -En hora pico-).

Ambos acordaron dejar que el agua corra. Ambos decidieron que si sentian la necesidad de terminar envueltos en sabanas, nada iba a detenerlos. La cabeza tira muchachos, pero el cuerpo es mas fuerte, es mas animal. Se suponia que nada de esto tenia que pasar. Que iban a convertirse en dos extraños, cuyas manos jamas volverian a entrelazarse. Pero la fiebre los cago, los puso contra la pared y les pidio todo lo que tenian. No hay decision que se resista a semejante fierro, a semejante chorro. Se dejaron robar lo poco que tenian y se quedaron desnudos en medio de calle Muñecas (Entre Thames y Serrano. Chacarita). Y despues nada mas caminaron. Enfilaron derecho para el primer sillon que encontraron en su fantasia de pendejos. Se sentaron y se fotografiaron. Y por supuesto, despues de tanta noche compartida, tanto cuerpo desvestido, tanta cabeza ignorada se besaron hasta quedarse sin fuerzas. Al fin y al cabo ¿Quien no espera una propina despues de tanto esfuerzo?

Música 1ra Parte

La música tal como la conocio El Tipo, era una de esas cosas que se encuentran cuando uno revuelve mucho el guiso antes de encontrar el chorizo colorado y vitorear o putear segun las preferencias personales. Es decir, El Tipo tuvo que tomarse mucho bondi musical y pagar mucho boleto minimo antes de encontrar la música que realmente lo estremecia, la música que lo hacia sentir como cuando gritaba un gol, acariciaba a sus hijos (Que no los tenia pero jugaba a que si) o simplemente cuando se sentaba a ser feliz (Un rato, todos los dias. Se recomienda, hace bien).

El Tipo siempre escucho todo lo que habia que escuchar. Jamas se escondio bajo la pollera del hermetismo auditivo. Por sus orejas pasaron todos los hombres y mujeres posibles, todos los acordes, todas las melodias. El Tipo las tenia a todas en la cabeza. Habia pasado toda su vida escuchando sonidos de aqui o alla. De Niño, lo asustaba el ruido del tenedor contra el plato. Sin embargo encontraba una calidez unica en el redoblar de los pies contra la escalera de madera (Sera que por eso aun hoy, sigue bajando en semicorcheas). Mas de grande conocio la musica clasica, sin terminar de entenderla nunca. Alguien por ahi le habia dicho que eso era lo que estaba bien. Y El Tipo, siempre obediente, se emocionaba al escuchar Las Cuatro Estaciones (Sin estar del todo seguro si lo emocionaba o lo sobrepasaba).

La adolescencia no tardo demasiado (El Tipo queria ser precoz pero no habia besado otros labios hasta los 12). Y con ella la música paso a ser el salvavidas que tenia El Tipo siempre a mano, por si el agua llegaba hasta el cuello. Se enamoro rapidamente de la poesia de Garcia (Casi premonitoria la eleccion). Con el descubrio que era posible llorar, que podia meterse abajo de las sabanas y escuchar la misma cancion 40 veces hasta aprenderse la letra de memoria. Ademas, era la primera vez que El Tipo no necesitaba gritar lo que sentia, habia alguien mas que lo hacia por el. Esto lo determino para el resto de su vida. No volvio a llevarse la cuchara a la boca, prefirio siempre zambullirse en medio del tuco, del caldo.

De ahi en adelante, El Tipo comprendio que era un varón que no tenia mujer y quiso poderla conseguir (Gracias, una vez mas). Y se miro y se dio cuenta que no tenia nada. Que lo que ofrecia te lo daban en cualquier kiosco cuando no habia monedas disponibles. Entendio que alli afuera todo era demasiado cruel. Que las cosas se movian segun quien era el mejor postor. Y asi fue que se lleno de música (Dado que era lo unico que podia comprender). Se tatuo cada una de las canciones que escucho y recordaba versos, estribillos con memoria de explorador. Y daba vueltas por todos lados, tocando cada guitarra, cada piano y tratando que lo escuchen. Daba vueltas por todos lados escuchando cada guitarra, cada piano y tratando que lo toquen con alguna melodia barata, con algun zapato de goma.


sábado, 25 de enero de 2014

Ciudad

Hace ya una contundente cantidad de años, una ciudad había adoptado al Tipo. El la fue descubriendo de a poco, casi con curiosidad. Lo deslumbraba la inmensidad de las avenidas, la belleza de sus mujeres, el aroma a tilo viejo,las facultades apiñadas entre los arboles, la música que sonaba desde la tierra. El Tipo se había topado con todo eso cuando aun era un niño. Cuando todavía no sabia caminar las calles y temía a cada ñato que le amagaba un encare. Allí, el Tipo se enamoro de los viejos agolpados contra una mesa de café, bombardeándose en retruques y vale cuatros. Allí, el Tipo enloqueció con las colegialas discretas que pintaban de colores calle 8 (e/ 48 y 49) y la hacia brillar en medio de la sombra de los enormes edificios. Allí, el Tipo conoció las verdaderas esquinas, esas que albergan a los malandras, a los pungas, a los milicos, a las prostitutas, a los pibes y a las pibas, todos intercambiables entre si y combinables en infinitas posibilidades. Para el Tipo fue demasiado, nunca sintió tan de cerca el humo de la ciudad, pero esta vez, lejos de ahogarlo, lo hacia respirar.

El Tipo estaba pidiendo a gritos un lugar así. Necesitaba sentir como la ciudad le tocaba el culo y lo apuraba como no la había hecho nadie nunca. Era la mina mas linda de todas, y El Tipo no sabia si le daba el cuero para ganársela. Le chamuyo de pavadas durante días, meses, años, y a la ciudad nunca le alcanzaba. Una tarde El Tipo creyó que la ciudad lo había besado en la mejilla, y eso lo esperanzó. Pensó que quizás, iba a hacerla suya una noche entre los arboles del bosque. Pero no, El Tipo jamas entendió los amores efímeros. Jamas entendió la curiosa sensación de acostarse de a dos y despertarse abrazando las almohadas. Siempre cometió el mismo error: Creerse eterno cuando tan solo arañaba las horas de vida.

De ahí en adelante El Tipo espero a la ciudad todos los días de su vida. Se sentaba en Plaza Italia a rodearse de autos y transeúntes (A la ciudad siempre le fascinaron los transeúntes. Gente que no sabe muy donde va, pero va). El Tipo cancelaba citas, cortaba llamados, negaba vinos y no paraba de hacerse el distraído. El sentía en el fondo que la ciudad en realidad lo amaba pero que estaba equivocada. Que sus diagonales lo tenían entre ceja y ceja y que algún día cuando menos lo espere (Aunque no paraba de esperar) la ciudad lo iba a invitar a pasar y quedarse con el todas las noches, todos los días.

La ciudad nunca lo invito a pasar. El Tipo era demasiado Niño para una ciudad así. La ciudad era muy densa y El Tipo a duras penas orejeaba la viveza de pueblo. El Tipo desconocía de los vaivenes de la calle. No tenia idea de como encarar a un cana sin terminar la noche adentro. No estaba al tanto de las desventuras de cabaret y lo aterraba hacer el amor en un auto. Aun así, El Tipo jamas se resigno y se vistió de ciudad. Se puso todo lo que había que ponerse para ser como ella. Muchos cuentan que en las madrugadas Platenses se lo ve manejando sin rumbo fijo. Bajando por 7, subiendo por 50, doblando en 12 bajando en 34, subiendo nuevamente por 5, doblando en 48, parando entre 7 y 6. Por lo menos ahí, había conocido lo mas parecido a una ciudad. Lo mas parecido a las diagonales, a las plazas, a las universidades y a los tilos. La única diferencia... Ella si lo había invitado a pasar.


jueves, 23 de enero de 2014

don't go there

- el cuerpo dice una cosa y la cabeza otra.

Los diez dedos largos y flacos percutían el teclado con ansiedad. El tipo sabia muy bien que esa charla (Al igual que las otras que tuvo y tendrá de ahora en mas) no significaba mucho mas que dos viejos amigos que se encuentran en la mesa del café y charlan sobre cualquier cosa. Es curioso el eclecticismo de esas charlas dado que pueden abarcar desde torpes intelectualidades tales como un disco de Grateful Dead o un cuento de Cortazar. Pasando por triviliades del tipo: ''Que calor!'', ''Como llovió hoy'' o, mi favorita, ''Que día de mierda!'' (La metereologia es un tema que jamas pasa de moda) o sensaciones intensas y profundas que un tipo solo comparte cuando el whisky (O lo que sea) llega hasta el corazón, se embriaga, y termina a las piñas con los mismos de siempre (El whisky, el Tipo no. Jamas. No le daba ni el barrio ni la cara)
Como sea El Tipo y Ella se hablaban. No como dos amigos, claro está. Mucha noche juntos, mucho cuerpo desvestido, mucho beso consumado hacían imposible que El tipo pueda verla como a la chica de la panadería o la que atiende en el mercado. Se los nota nerviosos aunque jueguen un ratito a los superheroes. Se nota como El Tipo todavía la ama, y como buen enamorado hace todo lo posible para que ella sea feliz. Le cuenta anecdotas divertidas, algo decoradas (El Tipo siempre fantaseo con ser un buen contador de anécdotas. Muy a su pesar lejos de contarlas mal, no tenia muchas). Le da buenas noticias, le informa sobre su situación musical, le regala una flor marchita pero con perfume a río. Ella, por su parte, no lo ama. La rudeza de la frase hace que el corazón del Tipo tiemble como un nene a quien le están por dar su primera paliza. Cruel y todo, no deja de ser verdad. Ella no lo amaba. Repito, Ella NO lo amaba. Aun asi, ella tambien trataba de darle buenas noticias, contarle anécdotas, preocuparse por su situación musical e incluso le envía besos y saludos a todos. Aun así, repito, No lo ama.

- evaluá si lo que se gana pesa más que lo que se pierde

Ella lo seducía sin darse cuenta, le ponía los puntos (Al Tipo nunca se le hizo dificil empelotudecer a las minitas. Con Ella fue diferente). Le marcaba hasta donde podía pasar de una linea imaginaria que jamas trazó. Lo iba tanteando a ver que tanto a ÉL se le iba el discurso de Grown Up y lo suplantaba un balbuceo infantil, seguido de un llanto al lado de la pollera de mamá. El Tipo por su lado la seducía sin darse cuenta, le dictaba los puntos (A Ella nunca se le hizo difícil empelotudecer a los Tipos. Él, no fue la excepción). Le pedía que extienda la linea imaginaria o que de una vez por todas la trace, a quinientos kilómetros de distancia (Obvio que no quería. Discurso de Grown Up nuevamente). Luego de ser amistosos, corteses y educados, se mandan un besito en el cachete, y cada uno, de nuevo, vuelve a su vida sin el otro. Repito, Ella no lo ama.

- en realidad, pienso que a lo mejor vos pensas que viéndonos puede llegar a pasar algo

 Ella lo conocía al Tipo de memoria. Su erudición sobre él iba desde las virtudes que solo viéndolo desnudo podían traslucirse (No, no me refiero desnudo de veras. Aunque un poquito si) hasta las miserias que solo viéndolo desnudo podían traslucirse (No, no me refiero desnudo de veras. Aunque un poquito si). Sabia sus verdades, sus mentiras, sus obligaciones, sus horarios, su rutina, su aroma y hasta sus miedos. Ella lo había moldeado. Lo había convertido en un Tipo. Había limado las esquinas redondeadas para convertirlas en fuertes triangulos. No me malinterprete, el Tipo nunca renegó de todo esto. Él estaba podrido de jugar al niño grande. No quería una vida que cobre su sueldo por antigüedad. Claro que no, el Tipo no alcanzaba a encontrar las palabras para agradecerle a Ella. Sin ir mas lejos, eso era lo que mas lo enamoraba.
Y ahora, que todo se resumía a escenas dialogales por momentos pesimistas, por momentos optimistas (El tipo siempre vio los vasos medios vacíos. Siempre y cuando no sea el suyo), el tipo se disponía a redondear las esquinas una vez mas. No quería que ella, cuando ya no solo sea dialogo, se termine encajando uno de esos triángulos en el ojo.  El Tipo volvía a jugar al nene grande. Y si, claro que si, se odiaba un poquito y no hacia mas que ponerse entre paréntesis (El contenido de los mismos dicen mas que el resto de las palabras). Pero yo le pregunto, ahora que el whisky ya me llego al corazón, - ¿A usted no le paso? - Sirvame otro y le cuento.

- En serio me pone feliz hablar contigo

- creo que a mi también jajaja

martes, 21 de enero de 2014

Av. Cordoba 1463, abierto de Lun. a Sab

Se despertó. Él era el único en todo el país que tenía horario de verano. Las 10 de la mañana se habían convertido hace una parva de días en las 2 de la tarde (GMT 0, Dublín, Edimburgo, Lisboa, Londres). Una vez más y como si un guionista de telenovelas se hubiese mudado a su cabeza. El había vuelto a soñar con Ella. Aquí cabe detenerse en la irremediable sensación que seguramente usted, lector, haya experimentado al leer esa frase. Seguramente habrá dicho algo así como ''pff otra de las tantas pequeñas historias que trata acerca de un tipo que sueña con una mina''. O en el mejor de los casos: ''Pff otra de las tantas historias que trata acerca de un tipo que sueña con una mina distinta todos los días''. Déjeme detenerlo aquí. Quizás por única vez en este caso, sea usted el equivocado. Porque a pesar que soñó con ella, cabe destacar (Gracias Blog) las situaciones en las cuales el Tipo soñó con ella por décima vez en 9 días (La siesta si bien corta alberga una gran cantidad de sueños).

Paso a detallar. Un jueves soñó que el tocaba el piano en un cuarteto de jazz y Ella (Hermosa como siempre, de vestido negro y piernas largas) tocaba el clarinete poniendo cara de Woody Allen. Un martes soñó que cocinaba pollo frito al estilo californiano y ella era quien lo asistía en tal ardua tarea (El Tipo era sin duda un Tipo, podía memorizar los integrantes de Los Autos Locos pero no sabía hacer ensalada). Un sábado, aprovechando el fin de semana, el tipo soñó que había salido a un bar y ella era Barman. Le servía un whisky le cobraba 70 pesos y se disponía a hacerle ojitos a un rubio pelilargo (De camisa negra y piernas largas). Con tanto material un psicoanalista tendría desayuno, almuerzo y cena como para todo el invierno (Donde se come mucho más, sin duda). Aun así, el tipo la seguía soñando todos los días y se despertaba con ella al lado, vestida de Jazzera, Chef o Barman según la situación.

Ahora bien, el tipo, ya despierto y con cara de tarde de verano se pregunta: ¿Vale la pena? Lo aturdía la idea de no poder soñarla como la conoció. Lo fastidiaba andar disfrazándola todos los días, esperando con sorpresa a ver a que juego jugarían esa noche (Siempre se hizo el obsesivo, pero algo de perverso tenia).

Todavía no se había levantado. Era más que obvio que la noche anterior se había tomado un vaso de whisky que encontró en una caja que consideraba vacía (Chivas Regal, JB, Jack Daniels, Johnnie Walker. El tipo era un cliché con patas). Zafo de la resaca pero no de la melancolía. Y casi como de memoria, como cuando te pasan la pelota sin mirar, sabiendo que vas a estar ahí, se durmió una vez más. Una hora iba a bastar para acomodar la estantería y que no se le venga encima todo.

Otra vez soñó (Repito, El Tipo era una fantasía Freudiana). Pero esta vez soñó con miles de disfraces, uno al lado del otro colgados como los cuelgan en los locales de ropa solo que sin los cuerpos agolpándose contra los mismos. Tenía para elegir y para tirar para arriba. Camionera, medica, podóloga, jugadora de backgammon, carpintera, bombera, instructora de surf, trombonista, saxofonista, pintora, etc... Incluso había mascaras de renombre. Estaban todos los que el Tipo conocía e incluso algún que otro desconocido que El Tipo decía que conocía (El tipo cada tanto mentía para quedar bien, lo incomodaba la confrontación, le daba miedo que no le crean, o que no lo quieran. Aun no se decidía cual era peor). Al lado del Mundo de los Disfraces (Av. Córdoba 1463, abierto de Lun. a Sab. Se aceptan todas las tarjetas) parados como un ejército soviético millones de maniquíes, todos iguales. El tipo, con total naturalidad, empezó a vestirlos. Se veía a sí mismo y se sentía una nena con su primera muñeca, pero también un hombre con su primer amor. Vistió uno, dos tres, cuatro y le encantaba, no paraba de sonreír.


Cuando estaba por vestir a un maniquí de boy scout escandinavo, se despertó. Seguía en su cama (Obvio) entre las sabanas rojas (Sino no vale) con el sol pegándole en la cara (Obvio). El almuerzo ya estaba listo y solamente atino a levantarse. Cuando estaba masticando el último pedazo de churrasco perfectamente cocinado (El Edipo del Tipo era un problema grave. De nuevo, Freud estaría teniendo un orgasmo) se sintió una sonrisa estúpida en los labios decorados con barba descuidada. Se dio cuenta en ese momento que estaba al horno. Que lo estaban cocinando a nosecuantos grados y que iban a tardar en sacarlo. Que iba a pasar muchas noches disfrazando maniquíes inanimados. Recién ahí, se dio cuenta que la idea lo fascinaba y se dispuso a seguir durmiendo y ya que estamos, soñando.

domingo, 19 de enero de 2014

Su Heroe

Dos de la madrugada. Los ojos se le cierran, los parpados le pesan, la piel ya no quiere mas. Sin embargo Él sabe que se acostara, jugara un rato al dormilón y a la media hora estará sentado en la cama (Sabanas rojas, si no no vale) haciéndose el chico de mundo y escuchando a un jazzero cuyo nombre ni siquiera puede deletrear, mucho menos descifrar cual de los novecientos acordes que suenan le gusta mas.

Se levanta porque el cuarto tema ya se lo confunde con el primero, con el segundo, con el tercero, hasta incluso con el quinto que aun no escuchó. Se detiene frente a la biblioteca que supo llenar cuando leer todavía era cool y le aseguraba un polvo cada tanto. Ahí estaban todos, Julio, Jorge Luis, Antonin, Charles, Truman y un par mas a los que aun no animaba a tutearlos. Pero entre todos esos tipos con los que en otro tiempo se hubiese sentado a charlar del clima o de la fecha pasada, estaba este tipo en particular. Lo había conocido de vista una noche a eso de las 3 de la mañana. Tratando de llamar la atención de esas minas preciosas con las que solía soñar pero nunca concretar, fue con el al medio del campo, se lo llevo campo adentro y estuvieron charlando por horas, hasta que el tipo de anteojos no tuvo mas nada que decir y El Tipo tenia todos los rulos al revés, empezaban en el suelo y se dejaban caer sobre la cabeza. (El Tipo en ese momento de hecho tenia rulos, todavía no se había hartado del jazz y aun no lloraba con un gol desde afuera del área).

Un tiempo después lo reencontró envuelto en un papel de esos baratos que los libreros insiten en poner a pesar de la insistencia del comprador (Creo que no hay frase en español que haga entender el ''No es para regalo''). Se lo dejaron ahí, encima de la cama, como si fuese un compromiso. Ya con la dedicatoria, el tipo estaba satisfecho, siempre estuvo orgulloso de las palabras que iban dirigidas hacia el (Incluso si lo estaban mandando a la re puta que lo pario, lo disfrutaba mas que a Cervantes. Error de novato). El tipo ya lloraba con un gol desde afuera del área, ya lo deslumbraba el cuerpo desnudo de una mujer, ya lo entusiasmada la ingenua expresión de un nene cuando reía. Aun así, le dio una oportunidad mas al tipo de anteojos. Ambos sabían que habían cambiado mucho. Que mucha agua (¿Agua?) había pasado por debajo de sus pies (¿Pieces?) y que era probable que terminen hartándose uno del otro (¿El otro?).

Hablaron por horas, días, meses, hasta casi un año. Al Tipo siempre le costo escuchar, a veces llego a pensar que en realidad hablaba solo. Y a partir de allí, no se hablaron mas. Al tipo de anteojos, al igual que al manual del después, se lo llevaron las piernas largas, el vestido negro. Y pensaron, ambos, que no se volverían a ver. Que quizás caminando por plaza rocha iban a verse a lo lejos y mirar la biblioteca o la facultad para evitar el encuentro desagradable (Al Tipo siempre le dio miedo cruzarse con gente que no veía hace mucho, lo hacia sentir inseguro. Error de Profesional). Sin embargo, y a pesar de las mil miradas esquivadoras y salvadoras, ahí se estaban encontrando a las 3 de la mañana. Ya los ciegos les causaban mas tristeza que miedo. Ya la familia Olmos no parecía tan terrorífica. Ya el pibe pelotudamente enamorado no les parecía tan pelotudo. Ya la pendeja completamente desquiciada, ahora les parecía familiar.

Y viste como son estas cosas, a veces no te queda otra mas que hacer las paces en la habitación para evitar un quilombo en puerta. El Tipo no pregunto nada (No se le daba bien la pregunta, lo hacia sentir condescendiente. Error de Tipo -¿Tipo?) Se dejaron callar uno al otro, se observaron, se midieron a ver si alguno de los dos lanzaba la primer piedra (Alegoría Bíblica, nunca faltan) Se dieron cuenta, quizás torpemente, que no habían cambiado tanto como la timidez dictaba. Lo único que los ponía en la vereda del frente es que El Tipo de anteojos seguía con un poco de papel de regalo pegado al filo de la camisa. Seguía teniendo una dedicatoria insegura atadita al broche del cinturón. Quizás todo eso alguna vez los unió, pero ahora los desesperaba. Se dejaron desgarrar, romperse, quemarse, revolearse y ultrajarse (El Tipo solía tener ataques violentos. Esporádicos, pocos, pero tremendos. Error -¿Error?-)

Quizás El Tipo no se la banco. No se banco que el de anteojos siga teniendo olor a piernas largas y que encima se le cague de la risa. El de anteojos la tenia demasiado clara, las había pasado todas, y el Tipo recién estaba aprendiendo a atarse los cordones (Con ayuda de la mamá, sino no vale).

Cuatro de la mañana, se hizo el dormilón un rato mas y volvió al principio. Sabanas rojas, jazzero innombrable y hartazgo precoz (El tipo solía ser rutinario, es por eso que lo hizo mierda quedarse sin rutina. Error de tipo sin Anteojos)


sábado, 18 de enero de 2014

Por que no?

El tipo no tenia mas palabras. Se había sentado frente al papel en blanco como si fuese dios decorando un pedazo de mundo aun sin terminar. El tipo pensaba que se las sabia todas, que ninguna minita de piernas largas y mirada deshollinadora le iba a dar vuelta el mundo y dejarlo patas para arriba. Penso que quizas, cuando ella se vaya iba a poder seguir regalando versos envueltos en una flor, iba a poder seguir jugando a ser el dueño del boliche.

Pero no. No llegaba ni a lavar las copas. La piba se dio media vuelta y le dijo mas de quinientas palabras (Contadas como para un ensayo universitario) El, por su parte oyó las primeras cinco y le bastaron para que el castillo de naipes (Baraja española, no le daba para tanto) se vaya a la mierda. El, cuyo ego lo llevaba a pensar que todo andaba para atras menos ellos dos, ahora estaba revisando de arriba a abajo todo, sin tener la mas puta idea de que paso. Sin saber como era posible que lo hayan dejado tirado ahí en medio de la ruta, y encima, temporada baja.

Pasa que ella cuando se fue se metio ,bajo el vestido negro y las piernas largas, el manual del después. Ese manual que te dan para que no se te caigan los rulos con alguien. Ese manual que te dice exactamente que carita poner, que lagrimas derramar, que puteadas vociferar y, porque no, que minitas empezar a mirar. Ella dejo ciegos esos dos ojos pequeñitos que acompañaban su pequeñez facial. Ella se fue yendo de a poco, lo fue desarmando de a poco y el, ciego como un murcielago pero tambien sordo como un octagenario, andaba haciendo la vertical sobre su cabeza, creyendola brazos.

Y asi andaba el tipo, dando vueltas por todos lados. Se mandaba derecho para la primer luz que se asomaba entre la noche cerrada, gris. Preguntandole a los viejos si en una de esas tenian un manual que les sobre. Preguntandole a las minitas de piernas largas y mirada deshollinadora si no querian tomarse lo mas barato del lugar.

Quien sabe, en una de esas se encontraba con la primera de todas. Y en medio de gritos e insultos (O de llantos y besos) le arrebataba el manual del vestido negro. Por qué no? Ladron que roba a ladron...