miércoles, 9 de septiembre de 2009

One Hundred




Siento el filo de la noche
acariciar mi espalda cual mar de peces tuertos,
Un puñal de ilusiones
atraviesa mi blanca sien
desangrando misericordia de virgen violada.

Faroles que se encienden
neblinas perdidas buscan consuelo
en el agonizar de mi cigarrilo,
Mi boca, Seca de palabras sordas
se funde en el coagular
de mi cansada sangre.

Un misaberable cuerpo, Cubre mis huesos de lana,
¿Son tus manos las que sangran de tanto amar?
Pregunto a tu suave nombre
Respondes con labios de ameba,
Y te limitas a erotizar mi alma con un beso de sal.

Niña de cristal, bailas en el viento
soplas tulipanes con aroma a nicotina.