sábado, 18 de enero de 2014

Por que no?

El tipo no tenia mas palabras. Se había sentado frente al papel en blanco como si fuese dios decorando un pedazo de mundo aun sin terminar. El tipo pensaba que se las sabia todas, que ninguna minita de piernas largas y mirada deshollinadora le iba a dar vuelta el mundo y dejarlo patas para arriba. Penso que quizas, cuando ella se vaya iba a poder seguir regalando versos envueltos en una flor, iba a poder seguir jugando a ser el dueño del boliche.

Pero no. No llegaba ni a lavar las copas. La piba se dio media vuelta y le dijo mas de quinientas palabras (Contadas como para un ensayo universitario) El, por su parte oyó las primeras cinco y le bastaron para que el castillo de naipes (Baraja española, no le daba para tanto) se vaya a la mierda. El, cuyo ego lo llevaba a pensar que todo andaba para atras menos ellos dos, ahora estaba revisando de arriba a abajo todo, sin tener la mas puta idea de que paso. Sin saber como era posible que lo hayan dejado tirado ahí en medio de la ruta, y encima, temporada baja.

Pasa que ella cuando se fue se metio ,bajo el vestido negro y las piernas largas, el manual del después. Ese manual que te dan para que no se te caigan los rulos con alguien. Ese manual que te dice exactamente que carita poner, que lagrimas derramar, que puteadas vociferar y, porque no, que minitas empezar a mirar. Ella dejo ciegos esos dos ojos pequeñitos que acompañaban su pequeñez facial. Ella se fue yendo de a poco, lo fue desarmando de a poco y el, ciego como un murcielago pero tambien sordo como un octagenario, andaba haciendo la vertical sobre su cabeza, creyendola brazos.

Y asi andaba el tipo, dando vueltas por todos lados. Se mandaba derecho para la primer luz que se asomaba entre la noche cerrada, gris. Preguntandole a los viejos si en una de esas tenian un manual que les sobre. Preguntandole a las minitas de piernas largas y mirada deshollinadora si no querian tomarse lo mas barato del lugar.

Quien sabe, en una de esas se encontraba con la primera de todas. Y en medio de gritos e insultos (O de llantos y besos) le arrebataba el manual del vestido negro. Por qué no? Ladron que roba a ladron...

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