miércoles, 29 de enero de 2014

Cuentas sin pagar (Si paga el Diablo, no paga Dios)

El Tipo tenia que revisar todos los recibos desde el año 2010 hasta hoy. Sabia que habia quedado algo sin pagar. Una cena en algun bodegon, un pan lactal en algun almacen, un vino en algun bar de La Plata. Ahora estaba agarrado de las pelotas, porque había pasado demasiadas cosas por alto. Ella no lo hizo y ahora quería que pague, una por una las cosas que rompió. El Tipo estuvo mucho tiempo en piloto automático, casi ni tocaba la palanca de cambios, mucho menos el acelerador. Repetía la misma rutina todos los días. Como cuando uno sube al bondi y dicta el destino sin siquiera notar la sonrisa del chófer, El Tipo jamas noto su sonrisa, mucho menos sus lagrimas. Aun así, era el novio que todas las minitas querían tener. Escribía, componía, era cariñoso y tenia todos los halagos de libro. Cualquier Minita hubiese querido un novio asi, menos Ella. Ella quería algo mas. Ella siempre quería algo mas. Y esa sed de mas, esa codicia, esa insuficiencia al Tipo le encantaba. Muy a su pesar, lo enamoraba todos los días un poco mas.

Pensemos un rato en como Los Tipos viven sus días. Todos los días que andan dando vueltas por ahí. Los Tipos se levantan, generalmente a la misma hora sin ayuda de despertador. Desayunan porque así le enseñaron (A pesar que nadie puede tener hambre a las 7 de la mañana). Se visten, en el mejor de los caso se bañan, toman un colectivo, trabajan, y lo mejor que les puede pasar es tomarse una copa de vino, un vermouth o un cinzano al final del día mientras miran el noticiero llenos de mala noticias. Y como todos los días, se van a dormir. Quizás antes de acostarse piensan en algún par de piernas que vieron en el bondi o en algún escote de esos que se te cruzan y volves a tener fe en el universo, y listo. Lo mismo todos los días, todos los lunes, todos los martes, todos los miércoles y el resto de los días que se parecen a los lunes, a los martes y a los miércoles.

Ahora bien. El Tipo era consciente de lo Tipo que era. Aun así, el se creía mejor. El se creía que era el mas piola de todos. Se dormía cuando quería, se levantaba cuando no podía seguir durmiendo. Tenia a todas Las Minitas al borde de la cama, esperando que el las haga pasar. No era talentoso, pero aun así se las ingeniaba para lograr que todo lo que hacia quedaba mas o menos lindo (Como un estafador del año 20 vio?) . E incluso llego a pensar que era algo mas que un Tipo. Que estaba exento de las rutinas, los dolores, las alegrias y los placeres de los Tipos. Acaso que tan errado o pelotudo se puede llegar a estar o ser para creer semejante imbecilidad. El Tipo no tenia prueba alguna para creer que iba a zafar de terminar adentro de la misma bolsa. Aun así lo creía, y daba vueltas alrededor de la bolsa riéndose de los que estaban adentro.

Es así señores, ninguno zafa de nada. A todos nos termina tocando meter el culo entre las patas y fumar abajo del árbol, bajito,sin tirar mucho humo como pa' no molestar. Ella lo puso al lado de todos Los Tipos. Le metió la cabeza abajo del agua a ver cuanto aguantaba (El Tipo la tenia clara con la apnea, pero tampoco para tanto). El Tipo tenia que cambiar de piel, tenia que cambiar lo que lo enorgullecía. Tenia que tirar la tarjeta de presentación con la cual todas las Minitas se meaban encima y tenia que cambiarla por una hoja en blanco que (Por supuesto) no iba a llenarse sola. Como decíamos al principio, el tipo tenia cuentas sin pagar. Y en estos casos no hay ningún Paga Dios que lo haga tirar hasta fin de mes. En estos casos siempre, siempre, termina pagando el diablo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario