jueves, 23 de enero de 2014

don't go there

- el cuerpo dice una cosa y la cabeza otra.

Los diez dedos largos y flacos percutían el teclado con ansiedad. El tipo sabia muy bien que esa charla (Al igual que las otras que tuvo y tendrá de ahora en mas) no significaba mucho mas que dos viejos amigos que se encuentran en la mesa del café y charlan sobre cualquier cosa. Es curioso el eclecticismo de esas charlas dado que pueden abarcar desde torpes intelectualidades tales como un disco de Grateful Dead o un cuento de Cortazar. Pasando por triviliades del tipo: ''Que calor!'', ''Como llovió hoy'' o, mi favorita, ''Que día de mierda!'' (La metereologia es un tema que jamas pasa de moda) o sensaciones intensas y profundas que un tipo solo comparte cuando el whisky (O lo que sea) llega hasta el corazón, se embriaga, y termina a las piñas con los mismos de siempre (El whisky, el Tipo no. Jamas. No le daba ni el barrio ni la cara)
Como sea El Tipo y Ella se hablaban. No como dos amigos, claro está. Mucha noche juntos, mucho cuerpo desvestido, mucho beso consumado hacían imposible que El tipo pueda verla como a la chica de la panadería o la que atiende en el mercado. Se los nota nerviosos aunque jueguen un ratito a los superheroes. Se nota como El Tipo todavía la ama, y como buen enamorado hace todo lo posible para que ella sea feliz. Le cuenta anecdotas divertidas, algo decoradas (El Tipo siempre fantaseo con ser un buen contador de anécdotas. Muy a su pesar lejos de contarlas mal, no tenia muchas). Le da buenas noticias, le informa sobre su situación musical, le regala una flor marchita pero con perfume a río. Ella, por su parte, no lo ama. La rudeza de la frase hace que el corazón del Tipo tiemble como un nene a quien le están por dar su primera paliza. Cruel y todo, no deja de ser verdad. Ella no lo amaba. Repito, Ella NO lo amaba. Aun asi, ella tambien trataba de darle buenas noticias, contarle anécdotas, preocuparse por su situación musical e incluso le envía besos y saludos a todos. Aun así, repito, No lo ama.

- evaluá si lo que se gana pesa más que lo que se pierde

Ella lo seducía sin darse cuenta, le ponía los puntos (Al Tipo nunca se le hizo dificil empelotudecer a las minitas. Con Ella fue diferente). Le marcaba hasta donde podía pasar de una linea imaginaria que jamas trazó. Lo iba tanteando a ver que tanto a ÉL se le iba el discurso de Grown Up y lo suplantaba un balbuceo infantil, seguido de un llanto al lado de la pollera de mamá. El Tipo por su lado la seducía sin darse cuenta, le dictaba los puntos (A Ella nunca se le hizo difícil empelotudecer a los Tipos. Él, no fue la excepción). Le pedía que extienda la linea imaginaria o que de una vez por todas la trace, a quinientos kilómetros de distancia (Obvio que no quería. Discurso de Grown Up nuevamente). Luego de ser amistosos, corteses y educados, se mandan un besito en el cachete, y cada uno, de nuevo, vuelve a su vida sin el otro. Repito, Ella no lo ama.

- en realidad, pienso que a lo mejor vos pensas que viéndonos puede llegar a pasar algo

 Ella lo conocía al Tipo de memoria. Su erudición sobre él iba desde las virtudes que solo viéndolo desnudo podían traslucirse (No, no me refiero desnudo de veras. Aunque un poquito si) hasta las miserias que solo viéndolo desnudo podían traslucirse (No, no me refiero desnudo de veras. Aunque un poquito si). Sabia sus verdades, sus mentiras, sus obligaciones, sus horarios, su rutina, su aroma y hasta sus miedos. Ella lo había moldeado. Lo había convertido en un Tipo. Había limado las esquinas redondeadas para convertirlas en fuertes triangulos. No me malinterprete, el Tipo nunca renegó de todo esto. Él estaba podrido de jugar al niño grande. No quería una vida que cobre su sueldo por antigüedad. Claro que no, el Tipo no alcanzaba a encontrar las palabras para agradecerle a Ella. Sin ir mas lejos, eso era lo que mas lo enamoraba.
Y ahora, que todo se resumía a escenas dialogales por momentos pesimistas, por momentos optimistas (El tipo siempre vio los vasos medios vacíos. Siempre y cuando no sea el suyo), el tipo se disponía a redondear las esquinas una vez mas. No quería que ella, cuando ya no solo sea dialogo, se termine encajando uno de esos triángulos en el ojo.  El Tipo volvía a jugar al nene grande. Y si, claro que si, se odiaba un poquito y no hacia mas que ponerse entre paréntesis (El contenido de los mismos dicen mas que el resto de las palabras). Pero yo le pregunto, ahora que el whisky ya me llego al corazón, - ¿A usted no le paso? - Sirvame otro y le cuento.

- En serio me pone feliz hablar contigo

- creo que a mi también jajaja

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