En el amanecer de la desnuda noche
veo mi rostro limado por el viento
iluminarse con el efimero sonrojar
de un profundo exhalar de nicotina.
La lenta mordedura
del rosario de carey
me advierte de su taciturno llanto
galopando contra un muro perdido,
gimiendo, por una pizca de clemencia.
Pero a pesar de las estrellas
bajo mis inalcanzables pies,
todos los ojos continuan alli
alardeando sus bohemios consuelos,
sobrevolando mi soberbia
de vencedores vencidos.
Y veo a traves de la estela
como la serena vejez
domino tu rostro.
Quiza los años han pasado velozmente
quiza mi vida no fue mas
que suspiros y maldiciones
o quiza el tiempo es presa
de sonrisas celosamente calladas.
Y en tu camisa he escrito
que las sombras son camnos olvidados
y las luces, semillas del cielo
que inundas mi boca con mandalas
que llevas en la armonia de tu ser,
y que por sobre todas las cosas
eres mi dios desconocido
en soledades de ultimas pitadas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario