jueves, 28 de octubre de 2010

Tan eterno como el mañana

 

 

He preferido despeinarte esta noche. Despeinarte el alma, con alguna melodía que rescato del baúl de mis miedos. Despeinar tus pechos, con algún giro apasionado del firmamento de mis labios. Despeinarte la mirada, con las palabras que solo yo se decirte, que solo yo, se manejar. Esas palabras que en mi boca hierven, deseosas de un respiro eterno, y que en tus ojos se evaporan tornándose un mar de lagrimas, incontenibles y salvajes, que se deslizan por tu cuerpo hasta llegar a mis manos perdidas en el tiempo.

Suelto al viento, ese grito carnal de mi ser, ese gemir de mis poemas innombrables, ese cantar de los amores que perdí, olvidados en algún anden estaqueado en el frio de la soledad. No tengo mas nada que todo por tener, un rio de rosas o un jardín de peces, un puñado de mañanas al sol, un violín en la tormenta, un par de sueños sin terminar y mi ser, pequeño entre gigantes, para saltar un poco mas alto, de lo que acostumbro a saltar.

Es todo lo que tengo para darte, es todo lo que tengo para compartir contigo, oh! dulce dama. Has tomado cada parte de mi y la has hecho tuya. Tan tuya que mi rio de rosas, me recuerda a tus labios recorriendo mi piel. Tan tuya que concluyes todos mis sueños incompletos. Tan tuya que en el refugio de tus brazos, soy aquella hoja en blanco, en la que bosquejas esas fantasías que susurraste en mis oídos, esos finales que siempre acaban en tu sonrisa, ese sentir, que es tan tuyo como mío, tan efímero como eterno. Tan hermoso como el mañana…Vos y Yo.

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