martes, 2 de febrero de 2010

Something


Alli donde la luna se sienta a descansar,
mis ojos se tornaron colores inimaginables,
danzas prohibidas entre magnolias sin nombre.
Su suave suspirar sobre mi desnudo pecho,
me recordaba al canto del niño que nunca juega,
a la rayuela interminable de mi alma,
al delicioso vaiven, de sus senos de lana.

Cielo o tierra, que mas da?
la piedra jamas cae en el regazo del gigante,
acaso no eres, niña, la sombra misma
del demonio que renace por las noches?
tu delirio es mi infancia,
tu mañana, mi sinfonia inconclusa.

Dame tu verdad, que yo te dare mis labios,
aquellos que no conocen mas que el frio dulzor
de los rostros sin sonrisas.
Y si el alba nos encuentra en trance,
abrigando la piel, de plumas sin nombre,
seras mi juguete perdido, entre los rizos del diablo.
Y te cruxificaras deseando volver a ser mi llanto,
deseando ser espinas, antes que pecados.

2 comentarios:

  1. las magnolias no tienen nombre
    las plumas no tienen nombre,
    Por fin los nombres se esfuman de una vez, dejando ser magnolia (o quizas algodón de colores ,o qué sé yo) a la magnolia, dejando ser vuelo a aquel pañuelo de cristal que a las almas que nadan en el cielo cubren entre caricias y reproches!
    Mientras leía un paisaje hermoso se dibujaba en mi mente, iba como corriendo esa película que dibujás letra a letra (quieras o no, para mí es así), y de a poco ese campo floriado sin palabras que se adueñen del danzar de ellas que se mueven entre y con el viento, fue cubriéndose de sangre, no sé por qué, pero así lo ví... Como ir entre nebulosas de algodón de azúcar y de pronto encontrar ese grumo de luz que aplasta algo muy fuerte contra nuestro pecho... qué sé yo, iba Heidi caminando y se cayó, fin.
    Adoré esa caída (:

    Te quiero y te vuelvo a querer hijito.
    Un beso enorme, y sigo esperando que algún día cuando vayas a comprar pan me vengas a saludar...

    Como siempre, el anónimo soy yo: http://kozmicblue-s.blogspot.com ,o si querés decime Cami, o mamá jajajaj vos sabés, vos sabés ♪

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  2. Querido Señor Poeta,
    he leido sus dos poemas más recientes y, como usted me había manifestado extrañar mis comentarios, dedicaré unos minutos a reflexionar brevemente sobre ellos, como era mi costumbre.

    Ambos hablan de gigantes, gigantes en cuyos regazos no caen las piedras, quizá por ser impunes a todo, por lo que también pueden devorar esos aquelarres que también mencionás.
    También hablas de dos pechos, pero dos pechos que son diferentes: uno congelado, indiferente (no me sorprendió que fuera el del gigante), y otro que siente suspiros, que esta desnudo e indefenso.

    El tercer tema que se repite en ambos poemas - y me acabo de dar cuenta que, aunque no parezca a simple vista, es uno de los más importantes -, es el amanecer: mañanas que no amanecen (las que llamás sin soles), y mañanas en las que el sol calienta los pechos frios y los sensibles también. No son otra cosa que distintas formas de amanecer (o de no amanecer), y ambas mañanas, a las que en un momento u otro estuviste acostumbrado forman, como describiste - y me encantó particularmente - "la rayuela interminable de tu alma".
    Un placer escribirte, como siempre.

    Un beso grande.

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